sábado, 12 de enero de 2013

Un espejo de especulaciones... (FRAGMENTOS XL...)


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Primer escalón:
tortura inenarrable de ser la primera vez que violaras el  espacio vital del otro, ese que no eres tu, que es el ello, la dualidad del ser, la desdoblez de la nada, lo sin vida que repta desde la vida protozoaria hasta los protocolos de los pasillo de corbata en el estercolero. La narración de la supervivencia, la delimitación del espacio que abarcas, el desfogue de las ansias de estar primero antes que nadie, el umbral del nacimiento y los portones del infierno. Una y otra vez le ordenas a la pierna izquierda que avance, que de el primer paso, que haga el esfuerzo de subir el primer peldaño, que no se quede estática pegada al piso candente, que movilice todas sus partes y avance, sin retroceso, sin voltear atrás, sin mirar a la historia, sin recordar los anales, desechando los archivos, !Vamos! sera un esfuerzo por los de tu clase, los que han estado siempre abajo, que nunca se han atrevido a dar ese paso fundamental, a brincar las trancas, desamarrar los frenos, liberar los lastres, desguancijar los engranajes, reventar las cadenas. Ser uno consigo mismo, darle duro y preciso al abominable otro que no eres, y que te han hecho creer que es tu reflejo en el espejo bruñido, vaporoso, lleno de sarro. Speculum, un espejo de especulaciones. ¿Soy el agredido o el agresor? ya no importa. Es fundamental hoy dar ese avance, subir sin arrepentimientos ni jaculatorias. Llegar y desarmar la esencialidad de la otredad que ocupa un espacio que te pertenece. ¿Ser o parecer? He ahí la chingadera. El otro disímbolo con sus necesidades tan parecidas: hambre, desolación, miedo, incertidumbre, muerte. Es la teoría del secuestro: hoy disfrutas un vaso de leche; mañana tragas mierda de un balde apestoso. Es tu conciencia la que erradica tu intemporalidad, tu transfugacidad, tu iconoclasia. Ella y solo ella es la que te lleva al paraíso de lo sin vida, a la electricidad de lo inerme, a la perenidad y hermosura del infinito infierno. Soy, en esencia, un ángel terrible que te sacara de tu miseria . ¿Eh, gordito?

Alejandro Espinoza // Libro:  La saga: una noveleta filosofica