viernes, 21 de diciembre de 2012

La prueba de que el hombre no es un ser racional... (FRAGMENTOS XXXIX...)


Le habló del libro que estaba leyendo, sobre el tiempo, y le explicó la diferencia que existe entre el tiempo de los astrónomos y el del hombre. Mientras reflexionaba que nada de todo aquello podía serle útil a Martín sino como mera distracción. Toda consideración abstracta, aunque se refiriese a problemas humanos, no servia para consolar a ningún hombre, para mitigar ninguna de las tristezas y angustias que puede sufrir un ser concreto de carne y hueso, un pobre ser con ojos que miran ansiosamente (¿ hacia que o hacia quien?) una criatura que solo sobrevive por la esperanza. Porque felizmente (pensaba) el hombre no esta solo hecho de desesperación sino de fe y de esperanza; no solo de muerte sino también de anhelo de vida; tampoco únicamente de soledad sino de momentos de comunión y de amor. Porque si prevaleciese la desesperación, todos nos dejaríamos morir o nos mataríamos  y eso no es de ninguna manera lo que sucede. Lo que demostraba, a su juicio, la poca importancia de la razón  ya que no es razonable mantener esperanzas en este mundo en que vivimos. Nuestra razón, nuestra inteligencia, constantemente nos están probando que este mundo es atroz, motivo por el cual la razón es aniquiladora y nos conduce al escepticismo,  al cinismo y finalmente ala aniquilación  Pero, por suerte, el hombre no es casi nunca un ser razonable, y por eso la esperanza renace una y otra vez en medio de las calamidades. Y este mismo renacer de algo tan descabellado, tan sutil y entrañablemente descabellado, tan desprovisto de todo fundamento es la prueba de que el hombre no es un ser racional. 

Ernesto Sabato // Libro: Sobre heroes y tumbas

No hay comentarios: