domingo, 31 de enero de 2010

1 poema de Nacho Vegas


NUEVA SERONDA

Es asombrosa la fuerza
con la que la lluvia golpea el cristal de la ventana:
una multitud que aplaude.
Me inclino en decorosa reverencia ante la ovación
desde dentro, desde la seguridad relativa.
Con la llegada del otoño un frío húmedo
se instala poco a poco: en la ropa, en las sabanas.
En la carne y, finalmente, en los huesos.
Nos acostumbraremos, nos acostumbraremos.
Y como el sargento despidiéndose de Esme,
Trataremos de mantener intactas nuestras aptitudes.
In…tac…tas.

Afuera, la mar emite su murmullo eterno
Y mi palabra favorita es INEXTIRPABLE
Nacho Vegas

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