sábado, 1 de octubre de 2011

Creo que lo que ahora más se parece a ti es el buzón de correos... (FRAGMENTOS XXIX...)



Contigo he sido feliz. Seguramente, tu seguirás viviendo de la misma forma. Es una vida interesante. Me daba la sensación de que si te hubiera examinado atentamente, si hubiera observado tus imperfecciones, tu alegría, tu torpeza, tu bondad, tu tristeza, tus actitudes…, y a los demás. Sentía que, por primera vez, el mundo penetraba dentro de mí tal como era. Me sorprendió.
Y también tu figura, tus respuestas a las preguntas que te hacía y, sobre todo, las esperanzas que me dabas en la posibilidad de hallar, quizás, una salida simplemente percibiendo el reflejo de tu color en las cosas que se ven normalmente. El sol y las calles y los coches, las flores al borde del camino las ventanas de los edificios. El hecho de que las personas que andaban por la calle tuvieran dos ojos, una nariz y una boca.
Sin embargo, creo que lo que ahora más se parece a ti es el buzón de correos. Hay buzones por todas partes, pero, cuando buscas uno, siempre te cuesta encontrarlo. De improviso ves uno en una esquina solitaria. Tanto en días despejados como bajo la lluvia, en plena noche, por todo el mundo, como la luna del cielo nocturno que se refleja en todas las aguas, siempre hay un buzón.
Incluso ahora, donde yo vivo.
Aquella noche de lluvia me fue tan difícil marcharme como un potrillo a quien acabaran de vender. Sentía nostalgia por el verano pasado con Othoiko y contigo y, para evitar que se me partiese el corazón al marcharme y no caer en la tentación de volver, mientras conducía el coche intente concentrarme pensando solo en los buzones. Estuve pensando con tanto fervor en los buzones que casi logre que se materializara uno.
Donde ahora estoy, el buzón (jamás el teléfono: seguramente no podría transmitir bien mis sentimientos y, encima, al colgar, me sentiría deprimida) es el único camino que me conduce hasta Otohiko y hasta ti. El buzón es lo que simboliza este lazo. Y decir buzón es decir carta. Esta carta.
Voy a mandarla.
(…)
Y yo cada vez que vea un buzón, pensare en ti, toda mi vida.
Banana Yoshimoto // Libro: N-P

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