Al salir de la casa sabe que no debe
mirar hacia atrás, porque...
No sabe mas que eso, pero lo sabe
y se retira rápidamente,
con los ojos fijos en el fondo
de la calle...
Julio Cortazar
Libro: Historia de cronopios y de famas
Autor: Julio Cortazar
Alusión a lo ocurrido ayer y antier (la lluvia), alusión a la búsqueda de algo ya encontrado, alusión a las instrucciones "cortazianas" de como llorar, subir escaleras, tener miedo, matar hormigas en Roma, darle cuerda a un reloj, a entender 3 pinturas, para cantar, alusión a ocupaciones raras, materiales plásticos, historias, esbozos, geografías, planes, tapises, a simulacros, alusion al jazz, al blues, al tabaco encendido que se consume entre tus dedos, a la literatura, ala buena musica, al buen cine, ala fotografia a tantas cosas y en especial a mi aficion por la literatura de Julio Cortazar...
"Aplastamiento de las gotas"
Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
Julio Cortazar
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